Emprender cualquier operación que implique el movimiento o desarrollo de una suma de dinero suele implicar un lado menos apetecible, y ese es el de contribuir a la sociedad mediante el pago de impuestos.
Los impuestos son aquellas obligaciones económicas, ordenadas por derecho público, y que tienen como función financiar los gastos de un Estado. Los impuestos pueden ser de varios tipos; en nuestro país podemos distinguir entre los impuestos directos y los indirectos.
Dentro de los impuestos indirectos se encuentran el IVA, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, la Renta de Aduanas y los Impuestos Especiales.
Dentro de los impuestos directos, que son los que más nos interesan en este caso, podemos contar con el IRPF, el Impuesto sobre la Renta de no Residentes, el Impuesto de Sociedades, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y el Impuesto sobre el Patrimonio.
Los últimos citados, los impuestos directos, reciben ese nombre porque se aplican sobre una manifestación inmediata de la capacidad de pago, como la posesión de un bien de patrimonio o la obtención de una renta.
Como ya sabrás, invertir en fondos de inversión es una acción que implica el pago de impuestos, por lo que la planificación de su fiscalidad es una tarea muy importante para obtener el máximo beneficio posible.
Antes de hablarte acerca de cómo ahorrar en impuestos invirtiendo en fondos de inversión, queremos enseñarte que la fiscalidad de los mismos se puede abarcar desde dos puntos de vista: la de cuánto pagan los fondos por sus beneficios y la de cuánto pagan los inversores por sus ganancias con ellos.
Aunque lo que para ti hoy es interesante es saber cuánto pagas de impuestos al invertir en un fondo, sí queremos destacar solamente un dato de la fiscalidad específica de los fondos: estos pagan un 1% anual, es decir, de forma indirecta estarás pagando un 0,027% al día.
No obstante, vamos a centrarnos en los impuestos que de forma directa pagan los inversores de fondos como receptores de una cantidad de dinero que reciben como beneficio.
El impuesto que atañe a este tipo de ganancias económicas se tributa por el mencionado anteriormente IRPF, esto es, el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas.
Se trata de un impuesto personal, que grava la renta obtenida por las personas físicas residentes en España. Es, además, un impuesto progresivo, es decir, con gravamen variable dependiendo de la renta y directo.
El importe que los inversores de fondos deben pagar actualmente oscila entre el 19% y 23% sobre las ganancias netas. Para los primeros 6000 € de beneficios, se debe pagar un 19%, para los siguientes 18000 € de beneficios, un 21% y para el resto, un 23%.
Recuerda que esto se aplica cuando retiras las ganancias o cuando vendes participaciones, es decir, si mantienes tu inversión en el fondo no pagas impuestos y si lo traspasas de uno a otro, tampoco.
Los impuestos, pues, actúan sobre los beneficios, entendidos estos como la diferencia entre el valor de venta de las participaciones el día que las vendes y el valor de compra la fecha que las adquiriste. Y ahora bien, ¿cómo pagar menos impuestos en este momento?
1. Compensa el beneficio con los gastos de adquisición, si es que los hubo.
2. Compensa el beneficio con los gastos de mantenimiento pagados, si tuviste que pagarlos.
3. Compensa el beneficio con los gastos de reembolso, si hay.
4. Compensa las ganancias con las posibles pérdidas ocasionadas durante el periodo de inversión en el fondo (hasta cuatro años atrás).
A modo de síntesis y para simplificar todo lo dicho, no podrás librarte de pagar el IRPF una vez quieras disponer de tu dinero invertido en fondos, eso sí, podrás deducirte de gastos y pérdidas relacionadas con el hecho de haber invertido, reduciendo así, a ojos de Hacienda, el beneficio y, por tanto, la cantidad a pagar en impuestos.
Como ya sabes, invertir en fondos, a pesar de los impuestos y el pequeño riesgo entrañado (sin riesgo, no hay ganancia), supone enormes beneficios económicos, ya que cuentan con una rentabilidad superior a otras formas de inversión tradicionales.
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